24 de junio de 2025
El escandaloso antecedente con la selección argentina del árbitro que dirigirá a Boca Juniors frente a Auckland City

El sueco Glenn Nyberg fue el juez que anuló un gol por VAR dos horas después de terminado un partido entre Argentina y Marruecos en los Juegos Olímpicos de París
Nyberg es un árbitro que fluye con el juego técnico y ordenado. Su rendimiento mejora notablemente cuando el balón circula con limpieza y las emociones están bajo control. Pero en contextos de alta fricción, presiones tácticas o tensión emocional, suele evidenciar dudas, demorar decisiones clave y volverse excesivamente dependiente del VAR. En partidos donde el ritmo es físico y las disputas se intensifican, pierde capacidad de conducción.
Una de las actuaciones más insólitas y polémicas del arbitraje moderno lleva su firma. En partido debut en los Juegos Olímpicos de París 2024 de la Selección Argentina Sub-23 terminó con un escándalo, con Nyberg como protagonista de un episodio que aún se discute en los pasillos de la FIFA.El partido concluyó 2 a 2, pero Nyberg anuló el gol del empate de Cristian Medina dos horas después de terminado el partido, por una supuesta interferencia de Amione en posición adelantada.Hizo reingresar a los equipos al campo, ya sin público, para jugar tres minutos adicionales, en lo que fue una resolución que todavía se recuerda y despierta preocupación. Además, ignoró una mano evidente en el área marroquí, tras un disparo de Otamendi.Otro antecedente preocupante se dio en el encuentro por los cuartos de final de Champions League 2024 entre Arsenal y Bayern Munich, cuando Nyberg desestimó un penal clarísimo por mano de Gabriel Magalhaes, tras un error insólito con su arquero David Raya. La jugada recorrió el mundo, y ni el VAR intervino. Otro caso que refuerza la tesis: cuando la presión se multiplica, sus decisiones tienden a fallar.
Cada vez que Nyberg estuvo al frente de partidos con presencia argentina —sea a nivel de selecciones o clubes—, el saldo fue negativo. Decisiones tardías, omisiones groseras y un estilo de conducción que no conecta con la idiosincrasia sudamericana. En los círculos arbitrales de Conmebol, no es considerado confiable para este tipo de compromisos.Para Boca Juniors, el desafío no es solo ganar por amplia diferencia. El verdadero juego también se librará en el terreno invisible del arbitraje. Si el partido se define por la técnica, el orden táctico y el dominio emocional, Nyberg podrá conducir con eficiencia. Pero si la disputa se vuelve física, con choques, reclamos y transiciones intensas, volverá a quedar en deuda.