6 de mayo de 2025
Fue bicampeón mundial con Argentina y hoy vende biromes en el tren: “Las medallas de oro no te dan de comer”

Oscar el Muro Moreno también fue medallista paralímpico como referente de Los Murciélagos y las imágenes de sus recorridas en el Sarmiento se hicieron virales: “Salí a vender por necesidad, no estaba en mis planes la repercusión”
“Siempre pensé que las biromes eran más para el inicio de clases, pero al final se venden siempre. La gente necesita tener una encima. Decidí salir a vender por necesidad. Las medallas de oro no te dan de comer. Tengo un curso hecho de instructor de ventas y me dije: ‘Voy a salir a trabajar’”, relata el Muro, de 52 años, la génesis de sus excursiones sobre las vías.
En la actualidad, los botines están guardados juntos a los recuerdos; salen en algún picado ocasional. Percibe el equivalente a dos jubilaciones mínimas por la medalla paralímpica. Y tiene siete hijos; cuatro de ellos aún pequeños. Suficientes motivos para decidir salir a la calle. “No me quejo. Soy un agradecido a Dios por todo lo que tengo. Por ahí me costó el primer vagón, pero me hice un speech y lo demás se va dando día a día”, naturaliza su fluidez a la hora de plantarse ante los potenciales compradores.
“Por ahí viene uno y te dice ‘qué bien lo que estás haciendo’. Otro te pregunta en qué te puede ayudar. Hubo un señor que me pidió un autógrafo para el nietito porque era coleccionista. Eso te hace sentir bien”, enumera. Pero hubo una escena durante sus recorridas que valió un título del mundo.
“Un día, después de mi discurso de venta, un chico me pidió una birome. Yo extendí la mano y me dijo ‘acercate’. Estaba en silla de ruedas. ‘Cuando supe quién eras supe que tenía que hablarte’, me dijo. Y me contó que quería jugar al básquet adaptado. Yo le respondí: ‘¿Por qué no? Los límites nos los ponemos nosotros mismos’. Me dio un abrazo sentido y me dijo: ‘Me motivaste’. Eso me emocionó mucho >En las últimas semanas, lo que implicaba apenas su rutina se convirtió en novedad. Y otra vez su nombre mutó en noticia, como en sus épocas de referente de los Murciélagos. “No lo podía creer, no estaba en mis planes. Estoy agradecido a todos los que se me acercaron y se interesaron. Mis hijos lo ven como algo normal, sí me dicen ‘saliste acá’ o ‘apareciste allá’”, describe esta segunda oleada de fama.“Queremos dar charlas en empresas, en clubes. Es una forma de motivar, de contar nuestras experiencias; que la gente que ve, se ponga las gafas y enfrente la vida desde nuestra perspectiva. Tal vez ahí vea que con todos los sentidos el problema que tiene por ahí no es tan grave. Tengo varias propuestas, sueño con poder llevárselas algún día al presidente”, vende con magnetismo, como si estuviera en el vagón del Sarmiento; un día más en la oficina para el Muro Moreno.